miércoles, 28 de enero de 2009

Querida familia cercana y lejana, queridos amigos:

Con algo de retraso, y para quienes no lo sabéis, os comunico que el pasado 17 de enero nació en casa nuestra hija Blanca, quien empezó a mamar a los 20 minutos y sonrió poco después. El parto fue en casa y Cristina parió sola en nuestra habitación con la asistencia de una comadrona, una doula y el que escribe quien, en el momento de la expulsión del bebé, estaba sirviendo de apoyo a la madre. Esta circunstancia me obliga a hacer una aclaración.

Considerando las preguntas y dudas que pueden asaltar a quienes no estén familiarizados con el parto en casa o parto no medicalizado, o parto humanizado ("qué valientes", "no me atrevería", "qué irresponsables", "¿y si pasa algo?"), hemos optado por no comunicar nuestra opción con antelación. Os recomendamos que visitéis la página web http://www.elpartoesnuestro.es si tenéis alguna duda al respecto. En resumen, las estadísticas demuestran que los partos en casa o los partos humanizados en casas de parto y hospitales respetuosos con la madre y el bebé, son como mínimo tan seguros como en los hospitales, y en determinadas situaciones, más seguros.

Sigamos. Ha sido una experiencia que podría calificar de emocionante, iniciática, poderosa, animal, no sé. Las palabras se quedan cortas. La naturaleza trabajando, nuestros genes de millones de años de compleja evolución, libres; las hormonas, sueltas, al servicio del acto supremo de creación. Me he dado cuenta de que las mujeres son las verdaderas diosas y que se les arrebata, desde hace un siglo y pico, esa experiencia. En fin, que estamos encantados, sin negar que las primeras noches fueron duras y que todo es algo caótico al principio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te pido disculpas de antemano por meterme donde no me llaman. Iré al grano: creo que tienes problemas psicológicos. No creo que sean graves; es más, me atrevería a decir que son habituales en la sociedad en que vivimos. Pero me da la impresión de que eres absolutamente incapaz de evitar proyectar tus miedos y tus angustias en Marina, y eso sí me parece grave. Llámalo sobreprotección o como quieras, pero es un problema real.
Si quieres a Marina de verdad (y estoy seguro de que es así), acepta un consejo: visita un psicólogo. No tienes nada que perder, excepto algo de dinero y de tiempo. Pero quizás será el dinero y el tiempo mejor invertido de tu vida y, sobre todo, en la vida de Marina y de Blanca.
Alguien que te aprecia

David Miyar dijo...

Hola Anónimo que dice que me aprecia:

Gracias por el consejo no pedido. A cambio te ofrezco otro, aunque no suelo dar consejos a quien no me los pide: no des consejos a quien no te los pìda.

No obstante, dado que tener un blog y un cargo implica una cierta aceptación de cualquier comentario de terceros, por superfluo, arbitrario o infundado que éste sea, y considerano que no estás insultando a nadie, te acepto el consejo, sin que sirva de precedente, con los matices que siguen.

Lo del psicólogo me lo he planteado alguna vez, pero más por mi pasado familiar que por el tema de las proyecciones a las que te refieres. El asunto de proyectar nuestras angustias sobre los hijos es tan antiguo como Freud y algún otro que ya lo intuía antes que él. De esas proyecciones no se libra ni Cristo, con que los psicólogos podrán forrarse si todos los padres siguen tu consejo sobre las fobias proyectadas. La cuestión es ser conscientes de lo que proyectamos supongo, y en eso estamos o intentamos estar.

En todo caso, si sigue este nivel de comentarios en el entorno desde el que, sospecho, procede el tuyo, me lo plantearé seriamente. Ya te pediré la referencia de algún buen profesional si, llegado el caso, veo que lo necesito. En tal caso, si quieres escríbeme un correo personal a davidmiyar@gmail.com con el nombre y la dirección de tu psicólogo de cabecera.

David Miyar dijo...

Apreciado Anónimo y amigos, he encontrado esta perla de cuyo origen se atribuye a tu tocayo Anónimo por si a alguien le sirve de reflexión:

"Ladrán, luego cabalgamos"

"Ésta es una de las frases cuyo origen parece sencillo, pero que luego resulta endiabladamente difícil dar con el autor de la misma. Realmente, en latín hay una frase de autor anónimo que dice: “Latrant et scitis estatint
praetesquitantes estis”, que quiere decir: “Ladran y sabéis al momento que cabalgáis por delante de los demás”. Esta forma de expresarse recoge a su vez una sentencia griega, también anónima, que se refiere a que la persona
de éxito que no mira hacia atrás sino que busca su meta, siempre tiene gran cantidad de enemigos que, como perros, le siguen y ladran para descomponerle la figura, o acaso para que caiga, o incluso cese en su búsqueda.

Es una “frase de sabiduría” muy antigua, y son numerosos los autores que citan la frase atribuyéndola equivocadamente a unos y a otros. Hay incluso
quien dice que está en el Quijote, pero no lo está porque “pinchándola” en
estos libros electrónicos que ahora existen, ¿verdad?, no sale la frase. Y yo tampoco la recuerdo de haberla leído en el Quijote."
Fuente: http://www.vayatoalla.net/index.php/ladran-luego-cabalgamos/

Anónimo dijo...

Je je, nunca me habían llamado perro de una manera tan elegante. Y en latín y todo! Más que una cita culta o una “frase de sabiduría” a mi (prosaico que soy) se me ocurre un chiste:
Un tío va conduciendo por la autopista cuando oye por la radio:
- “La policía ha alertado de que hay un vehículo en la autopista AP-7 circulando en dirección contraria”
A lo que el tío exclama:
- “¿Uno? ¡Cómo que uno! TODOS!
Prometo no volver a molestar y, sin que sirva de precedente, acepto tu consejo no solicitado de no dar consejo a quien no lo solicita. Ahí sí tienes toda la razón.